Denomino microtextil a un pequeño textil de chaquiras
de vidrio translúcido e hilo, un telar miniatura entretejido a un marquito de cartón. Funciona como una transparencia fotográfica:
es ampliado sobre un muro con un proyector de slides o visto a contraluz, sobre mesas de luz.
El microtextil hace referencia a la textilería
peruana en su función de almacén de datos, igual al kipu, tocapu y otros estilos textiles
codificados precolombinos y actuales; función que pone nuevamente en vigencia con finalidad didáctica.
El microtextil contradice que en museos
de arte peruanos la textilería antigua sea tratada como reliquias en vitrina objeto de contemplación pasiva, desconectada
de la actualidad.
El microtextil almacena la codificación genética
del maíz, en chaquiras de 4 colores que representan las bases nucleicas del ADN. Es una herramienta para
enseñar que el maíz es de hechura humana al igual que el textil, es parte del acervo cultural que debemos
proteger.
El 2004 la multinacional, Monsanto patentó, en la Oficina de Patentes de los EEUU,
el ADN del maíz. El estado peruano no intervino, como si hace en casos de robo de textilería precolombina. El ADN del
maíz, no es "propiedad intelectual" de Monsanto, es producto del trabajo coordinado de incontable generaciones
de sembradores.
Sembradores que actualmente el estado reprime violentamente por oponerse a la destrucción
del agua y las semillas. Aunque ellos visten textilería similar al de los museos peruanos, ni humanos ni maíz son expuestos
ahí. Pareciera que los seres vivientes no son admitidos por la élite cultural.