La noche del 25 de octubre de 1994
inauguré mi
segunda exhibición individual, titulada Gloria Evaporada, en la Escuela de Arte
de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
Días
previos
imprimí y distribuí 400 ejemplares de una tarjeta de invitación para la noche
de inauguración. Yo no quería hacer una tarjeta común, por ello la materialicé
como un objeto de arte, como una pieza más de la exhibición. La serigrafié
sobre pedazos de cartón reciclado de cajas de Gloria, una marca peruana de
leche evaporada enlatada; la fábrica distribuye las latas en dichas cajas
(Gloria, leche evaporada). Esta pieza la denominé invitación-objeto.
Las
repartí
a mis invitados y algunas las puse en los periódicos murales de diversas
facultades de San Marcos. En aquel tiempo el campus universitario llevaba
varios meses siendo ocupado por el ejército. Había puestos de registro en las
entradas, patrullajes permanentes e infiltrados en búsqueda de actividades que
consideraran sospechosas. Varios estudiantes desaparecieron en San Marcos aquel
año. Por ello el contenido de la invitación-objeto
no hacía alusión directa al tema de mi exhibición: el caso La Cantuta, solo
daba algunas pistas. De esa manera planifiqué evadir la posibilidad de un
arresto y ver mi exhibición destruida.
La
SIE (Servicio
de Inteligencia del Ejército) descubrió mi plan demasiado tarde, al día
siguiente de mi inauguración. Para entonces ya les resultó imposible cancelar
Gloria Evaporada
FOTO:
Estudiantes
sanmarquinos observando una invitación-objeto
en un periódico mural. Segundo plano: intervención con cartón y esmalte sobre
la reja de acceso de la Escuela de Arte. Facultad de Letras y Ciencias Humanas
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Exhibición “Gloria Evaporada”, 25
de octubre de 1994.